28 de abril de 2025 — Redacción Actualidad

Un apagón eléctrico sin precedentes afectó este lunes a gran parte del suroeste de Europa, dejando a millones de personas sin suministro en España, Portugal, Andorra y parte del sur de Francia. El fallo, que comenzó a las 12:38 (hora peninsular española), se atribuye a un colapso repentino en la red eléctrica ibérica que obligó a desconectarla del sistema continental.

Representación ficticia de una central nuclear. ~Runwayml

Causas del incidente

Según Red Eléctrica de España, el origen del apagón fue un “cero energético”, una pérdida total de equilibrio entre la generación y la demanda de electricidad. Esta desconexión automática de emergencia impidió que el fallo se propagara al resto del continente, pero dejó sin energía a toda la península durante varias horas.

Afectaciones generalizadas

Las consecuencias fueron inmediatas y severas. En las principales ciudades españolas y portuguesas, el transporte público quedó paralizado: metros detenidos, trenes suspendidos y semáforos fuera de servicio generaron caos vial. En Sierra Nevada, al menos 16 personas quedaron atrapadas en un teleférico.

Los servicios esenciales, como hospitales, se vieron forzados a operar con generadores de emergencia. Las redes móviles se colapsaron y muchos comercios no pudieron procesar pagos electrónicos. Las comunicaciones oficiales fueron limitadas durante las primeras horas del corte.

Respuesta y recuperación

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pidió calma a la ciudadanía y aseguró que se están investigando todas las posibles causas, sin descartar ninguna hipótesis. Red Eléctrica estimó que la recuperación total podría tardar entre 6 y 10 horas, aunque en algunas regiones portuguesas se advirtió que la normalización del servicio podría extenderse varios días.

Comparecencia del Presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez.

Una llamada de atención

Este apagón, considerado el más grave en la historia reciente de la península ibérica, ha puesto en evidencia la vulnerabilidad de las infraestructuras eléctricas frente a desequilibrios súbitos y ha reabierto el debate sobre la seguridad energética en Europa. Las autoridades ya trabajan en un informe técnico conjunto para evitar futuros colapsos.

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